Todo por un minuto de fama, espera y mas espera. Te traen te llevan, todo tan impersonal.
A quien le importa realmente lo que yo pienso.
Que puede ser me pregunto mientas espero y desespero en el camerino, solo, si una triste revista, ni una tele, ni nada de nada, solo un espejo que me devuelve mi imagen, la imagen que dentro de poco saldrá por la caja ¿tonta? .
Unas horas interminables, estoy que me subo por las paredes, no se si cortarme las venas o dejármelas largas , creo que voy a volverme un poco más loco aquí dentro, de verdad esto es
insoportablemente angustioso, ¿quién me mandaría meterme en esto?
Varias hipótesis pasan por mi mente, son como espejismos en el desierto, que podrá ser me vuelvo a preguntar.
mi ex pidiéndome volver, ¿protagonizaremos una gran escena de reencuentro?
un ex -amigo intentando recuperar la amistad, pero seguramente acabando de nuevo discutiendo, bueno más bien llenándose de razones y yo poniéndole mi cara de no haber roto nunca un plato y haciéndole irritar aún más.
dos amores imposibles y utópicos rescatándome de la agobiante soledad y monotonía en la que me instalado últimamente.
No los dos a la vez claro, pero lo malo del asunto es que me daba igual cualquiera de ellos, y no se si exactamente eso es muy grave y dice muy poco de mi, seguramente si...
O tal vez la razón de todas las razones, el gran enigma, SALIR DEL ARMARIO DELANTE DE TODA ESPAÑA, ¿qué armario? me preguntaba yo allí , solo , desconsolado, secuestrado por la televisión mediática que se nutre de seres anónimos para rellenar como sea y a costa de lo que sea sus programas.
Por fin después de casi dos horas de espera, me llega el turno, voy a salir a plato , en directo, los nervios me secan la boca, una azafata anda por el pasillo con un botellín de agua, pero claro a mi me da corte pedirle un tráguito, y otra vez se me aparece el oasis, yo el beduino sediento y ella el oasis que nunca podré alcanzar.
Me han puesto ya el micro y todo yo casi me siento como uno de los chicos de OPERACIÓN TRIUNFO, dispuesto a salir y ganar... entre desvarío y desvarío, conversación inocua con otra azafata se pasan otros quince minutos....y por fin voy a salir.
AHORA, me dice otro tipo que había por allí, y yo claro muy obediente traspaso la puerta tipo taberna del oeste, y me dirijo al sofá correspondiente, soy el último invitado para más desolación, es decir que me he perdido el resto del programita.
La presentadora la famosa presentadora cuyo nombre da titulo al espacio televisivo me empieza a bombardear con preguntas estúpidas...
el resto lo pudisteis ver por la tele.
ulisess febrero 2002
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